19 de agosto de 2007

"Ventanitas" está de cumpleaños

Cuando dejé de ver a Minervita su sonrisa parecía el frente de una casita de un campo del Cibao: tenía dos ventanales que resaltaban su belleza natural de niña.
A esto se le añadía sus dos “chorotes”, ese par de ojos negros poblados de pestañas. ¡Dios!, desde que nació estuve segura que eran los más hermosos que había visto.
Aunque en algún momento de su infancia llegó a estar más delgada de la cuenta, recuerdo que sus pómulos siempre fueron los mismos, dos grandes protuberancias en las que me encantaba descargar todos los besos del mundo.
Siempre “tranquila”, hasta el momento en que mami daba la espalda, ahí se convertía en la traviesa más manipuladora y dulce que pudiera tener cerca.
Realmente cuando ella nació para mí fue un alivio, pues, aunque siempre deliré por el amor de mi hermanito Joab, la llegada de “alguien” de mi mismo género significaba la oportunidad de compartir, mejor dicho, de fusionar mi espacio, y aunque siempre fui ñoña con los brazos de mami, cuando la vi por primera vez en aquella cunita de la clínica, tan pequeñita, lo único que pensé fue: “tendré que dejar que la añoñen a ella”… es que era tan bonita y chiquita, y tan ñoñita como yo.
No crean que fue fácil, como cualquier niña llegó un momento en que el compartir las muñecas no fue realmente lo más gracioso, eso sí, menos gracioso me resultaron los momentos en los que ella comenzó a compartir sus muñecas con sus propias amigas. ¡Qué pique! Sentí que me estaban robando o invadiendo mi propiedad.
Y hablando de las amigas... A esta altura de la vida todavía lamento no haberme podido “vengar” como quería de la mordida que le dio una amiguita y vecina de nosotros cuando vivíamos en La Vega. Cada vez que recuerdo que le dejó la “caja de dientes” pintada en la muñeca… lástima que logró refugiarse en su casa; recuerdo que duré varias semanas “dándole seguimiento” a ver si la agarraba… cuando la agarré sólo le pude dar un halón de cabellos y otra vez se me escapó, dejando en mis manos unos cuantos de sus cabellos. La mamá llamó a mi casa a protestar y le dije dos o tres cosas.
Minervita está de cumpleaños hoy, pero no les voy a decir cuántos cumple, pues ella pertenece al club de las actrices de Hollywood que no les gusta decir la edad… cuestión de glamour…

Por suerte para ella, las ventanitas desaparecieron, pero ella se quedó linda.

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