16 de agosto de 2007

Leonel, Miky, Amable... ¡El Chapulín!

No creo ser terca, ni ingenua, pero me cuesta definirme como una de las tantas dominicanas que cree que el país puede desarrollarse, sí, me cuesta, pero reconozco que es así, a pesar de todo y de todos los políticos y la política que deambulan por el Estado.
Además de las disyuntivas diarias de sobrevivir dignamente, como mujer, profesional, divorciada y madre de una (¡gracias a Dios sólo una!) hermosa criatura, actualmente también me veo en la posición de mirar con buenos ojos a algunos de los bandos partidistas.
Observo el paisaje político dominicano con la misma ilusión que lo haría frente a cualquier franja de Constaza, Samaná o Montecristi, sin embargo, frente a éste lo que siento es un estremecimiento repleto de agonías, contrariedades, tristezas y mentiras.
Sí, le creo a Leonel, hay estabilidad económica en el país, sin embargo, al escuchar esta afirmación a veces pienso que mi hogar queda en Haití y no en el centro de la capital dominicana, pues allí no hay estabilidad ninguna.
Estoy segura de que todas las cualidades que se resaltan en los spots publicitarios sobre Miguel Vargas Maldonado son ciertas, pero no creo en su equipo, muy especialmente por las fichas perredeístas ligadas a la agricultura y a la supervisión de obras del estado a las cuales veo rompiendo filas para aparecer en primera línea durante las actividades de “Miky el que resuelve”.
En cuanto al candidato reformista… no tengo nada malo que decir sobre él o su equipo, mis dudas sobre un posible gobierno suyo está sembrada en uno de sus eslogan: “El gobierno de los pobres”. Ok, eso está perfecto, pero la verdad es que no soy rica, pero tampoco tengo la tanda de necesidades de una madre que vive en la Zurza, por ejemplo. Soy una sobreviviente de las políticas y los políticos dominicanos, una profesional que se la busca honestamente, pero, ¿y entonces? Si Amable va a gobernar para los pobres, ¿quién podrá defenderme? ¿el Chapulín?
Me siento tan desilusionada. Lo único que desearía en estos momentos es un gobierno tripartido entre Danilo, Eduardo y Hatuey. No, no se ría. No estoy loca, sólo un poco intoxicada por el bombardeo político de los medios de comunicación.

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