2 de agosto de 2011

Opuestos y complementarios

Tu mundo está lleno de inexperiencia,
indecisiones, arrebatos y locuras.

Mi mundo, repleto de realidades,
lecciones aprendidas, meticulosidad y planificación.

Tu mundo hierve en sueños por cumplirse,
electrificantes ritmos y competencias de alcohol.

El mío es para llevar los pies sobre el suelo, esté frio o caliente,
con música seleccionada y un estante repleto de trofeos embriagados.

En tu mundo hay horarios, peleas de birretes
y oportunidades de romper despertadores.

Mi mundo es muy lógico, naturalmente organizado y espontáneo minuto a minuto.

Son tan diferentes que…
Al encontrarse sus límites se confunden,
sus fronteras se pierden y sus nombres mueren.

Nuestro mundo está empapado de sudores,
de horas marcadas por la oscuridad
el descubrir la temperatura de tu lengua y su sigilosa ruta hacia un sufrimiento deseado y escondido entre mis piernas,
en las líneas de mis aureolas
y en las curvas perfectas de mis oídos.

El mundo,
el nuestro,
está marcado por la expresión de batallón rendido ante el enemigo,
cuando soy yo la que sobre ti marca las pautas…
postrado ante mi boca y mi asedio, perdido entre placeres impalpables.

Nuestro mundo… secretamente nuestro.

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